Los individuos con exceso de grasa corporal presentan desregulación cardiometabólica, propensión a la cronicidad, empeoramiento de la calidad de vida y mayor morbilidad y mortalidad
Entre el 62% y 76% de la población mundial presenta niveles de grasa corporal riesgosos para la salud. El sobrepeso y la obesidad se relacionan con la resistencia a la insulina y la inflamación crónica y, a su vez, con la hipertensión, la dislipidemia, la enfermedad coronaria, el accidente cerebrovascular, el cáncer y la diabetes mellitus tipo 2 (DBT2), entre otros trastornos.
La prevalencia de estas enfermedades aumentó en los últimos 40 años en todo el mundo, con la consecuente carga económica.
Muchas personas con peso normal que poseen niveles elevados de grasa corporal. De hecho, la determinación del sobrepeso y la obesidad con el índice de masa corporal (IMC) clasificaría de manera incorrecta a más de la mitad de los pacientes con obesidad.
El concepto que define a los individuos con peso normal y metabólicamente obesos (MONW [metabolically obese normal weight]) surge del hallazgo de desórdenes ligados a la obesidad (por ejemplo, niveles elevados de insulina), en pacientes con enfermedad cardiovascular o DBT2, pueden existir aun con un IMC normal.
La limitación principal del IMC es su incapacidad para diferenciar la masa adiposa de la magra o, bien, la grasa central de la periférica
Los individuos MONW, los pacientes con obesidad sarcopénica y mayores depósitos de grasa abdominal pueden presentar exceso de grasa sin sobrepeso u obesidad. La acumulación de grasa abdominal y visceral, independientemente del peso, aumenta el riesgo de enfermedad cardiometabólica.
Asimismo, el concepto de obesidad con peso normal (NWO [normal weight obese]) amplía el de MONW al asociar el peso normal y el porcentaje elevado de grasa corporal (BFP[body fat percentage]) con las alteraciones cardiometabólicas. Por ello, en las estimaciones de poblaciones con exceso de grasa se incluyen ambas categorías, NWO y MONW.
La limitación principal del IMC es su incapacidad para diferenciar la masa adiposa de la magra o, bien, la grasa central de la periférica. A su vez, la relación entre el IMC y el BFP varía con el grupo étnico. El exceso de BFP en adultos se relaciona con desregulación cardiometabólica:
- Niveles elevados de triglicéridos y glucemia en ayunas
- Menor concentración de colesterol asociado con lipoproteínas de alta densidad
- Altaconcentración de colesterol asociado con lipoproteínas de baja densidad
- Presión arterial elevada
- Mayor probabilidad de presentar síndrome metabólico
- Diabetes tipo 2
- Enfermedad cardiovascular
- Y otros trastornos crónicos, con aumento de la mortalidad. Esta desregulación también es común en los niños.
La desregulación cardiometabólica suele comenzar con un círculo vicioso de exceso de grasa corporal, resistencia a la insulina e inflamación sistémica crónica de bajo grado. Así, el exceso de grasa conduce a inflamación crónica y resistencia a la insulina y, por ende, a mayor adiposidad.
Es necesario definir la obesidad de acuerdo con la adiposidad y no solamente con el peso corporal
Al respecto, es necesario definir la obesidad de acuerdo con la adiposidad y no solamente con el peso corporal, para disminuir los factores de riesgo cardiometabólico, prevenir la enfermedad, mejorar la calidad de vida y reducir la carga económica de este problema en todo el mundo.
El objetivo principal de este trabajo fue recopilar datos recientes sobre poblaciones con peso normal, no obesas, con riesgo cardiometabólico por exceso de grasa corporal y combinarlos con los referidos a poblaciones con sobrepeso y obesas, para realizar una estimación preliminar de personas con exceso de grasa en los 30 países más desarrollados.
El exceso de grasa como factor de riesgo
El exceso de grasa se asocia con el aumento de las alteraciones cardiometabólicas, morbilidad y mortalidad, por lo que estimar su prevalencia permitiría enfrentar la pandemia de la obesidad y prevenir las formas más tempranas de la enfermedad crónica.
Factores subclínicos de riesgo
El exceso de grasa es un factor subclínico de riesgo. Como sucede en las personas con peso normal, la circunferencia de la cintura, por sí sola, se asocia con síndrome metabólico, al igual que la prediabetes y la prehipertensión.
La agrupación de factores de riesgo como los del síndrome metabólico, MONW y NWO parece indicar que ciertos individuos presentarían más de una anomalía primaria de manera característica.
Los estudios nuevos deben buscar la relación entre estos factores tempranos de riesgo y los propios de la intolerancia a la glucosa y la resistencia a insulina, y su impacto cardiometabólico, así como evaluar las poblaciones pediátricas con exceso de grasa para disminuir la pandemia de la obesidad y la cronicidad en adultos.
Factores clínicos de riesgo
Las alteraciones observadas en poblaciones con peso normal y exceso de grasa aumentaron; a su vez, los trastornos se incrementan en personas con antecedente de bajo peso al nacer. También se informaron desórdenes asociados, como neuroinflamación con depresión y reducción de las funciones cognitivas y empeoramiento de la calidad de vida.
La combinación de cáncer y prediabetes, diabetes, síndrome metabólico e inflamación crónica constituye otro riesgo cardiometabólico. Recientemente, se observó que el mantenimiento de los niveles normales de grasa corporal podría prevenir muchos cánceres y se propuso que la relación entre los niveles más altos de grasa corporal y el cáncer parece fortuita. Asimismo, las tasas de supervivencia en pacientes con cáncer serían menores, pues el exceso de grasa corporal está asociado con tratamientos menos eficaces.
En resumen, es irrelevante si actualmente un individuo cumple con los criterios para NWO, pero no para MONW (o para MONW, pero no para síndrome metabólico); si presenta grasa en exceso y, por lo tanto, mayor riesgo de deterioro cardiometabólico.
Obesidad
En algunos países desarrollados, las tasas de obesidad parecen estar estabilizándose y tender al crecimiento. La adiposidad central es más riesgosa para la salud que la grasa subcutánea en otras partes del cuerpo y su incidencia se encuentra en aumento.
Personas obesas, metabólicamente saludables
La clasificación de individuos obesos, metabólicamente saludables (MHO [metabolically healthy obese]), abarca a aquellos que, a pesar de tener un IMC > 30, en apariencia son relativamente sensibles a la insulina y carecen de algunas o la mayoría de las anomalías metabólicas características de la obesidad. No obstante, podrían presentar menos u otros factores cardiometabólicos de riesgo, propios de la enfermedad.
El exceso de grasa es uno de los factores más importantes para la DBT2 y la enfermedad cardiovascular asociada con la adiposidad. Los individuos MHO, obesos aparentemente saludables, presentarían alteraciones metabólicas.
Según diversos estudios, aumentaría el riesgo de mortalidad por la posibilidad de eventos cardiovasculares a largo plazo (> 10 años), además de probable enfermedad subclínica, por lo que serán necesarios nuevos estudios o seguimientos más prolongados para referirse a estos sujetos como sanos. Así, se considera que los individuos MHO también presentan grasa en exceso.
Identificación del exceso de grasa
Es primordial reconocer a las poblaciones de alto riesgo para mejorar la clasificación y actualizar la definición de obesidad en función de la adiposidad y no del peso corporal. En países desarrollados se registró una tendencia creciente de las personas mayores a la obesidad sarcopénica y al aumento de la obesidad abdominal que supera el incremento en el IMC.
Dado que la obesidad se basó históricamente en el IMC, su uso es erróneo para describir ambos términos. Entonces, se definen dos componentes nuevos: el exceso de grasa sarcopénico y el exceso de grasa abdominal.
Exceso de grasa sarcopénico
La sarcopenia es la pérdida progresiva de las fibras musculares rápidas tipo II y la resistencia con el envejecimiento. Constituye un problema para la salud pública, con una prevalencia del 50% en personas mayores de 80 años.
Esta afección eleva el riesgo de incapacidad y muerte. En los ancianos, la capacidad diagnóstica del IMC es reducida, probablemente porque subestima el número de personas con exceso de grasa con sarcopenia.
Exceso de grasa abdominal
Las tasas crecientes de individuos con exceso de grasa en gran medida se deben a la incidencia elevada de obesidad abdominal en adultos y niños. La obesidad visceral, la adiposidad visceral, la obesidad androide y la obesidad central son otros términos utilizados para describir esta condición. La grasa abdominal se divide en tejido adiposo visceral y subcutáneo: el primero se asocia con un perfil más grave de factores de riesgo que el segundo.
Pese a que la adiposidad total está asociada con el riesgo cardiometabólico, el tejido adiposo visceral posee mayor correlación con el riesgo que el IMC, la circunferencia de la cintura o la grasa subcutánea abdominal, y está más relacionado con la resistencia a insulina, la dislipidemia y la aterosclerosis que la obesidad periférica.
Para estimar el exceso de grasa en niños se tuvieron en cuenta los estudios que midieron el BFP y la relación cintura-altura (WHtR [waist-to-height ratio]). De acuerdo con este último parámetro, el 37% de los niños con peso normal tuvo por lo menos un factor cardiometabólico de riesgo; el 13.5%, 2, y el 0.3%, 3.
Asimismo, al igual que en los adultos, el exceso de grasa abdominal se asocia con más factores de riesgo. Dadas las limitaciones del IMC, el WHtR parece ser el mejor indicador clínico de riesgo de salud, dado que puede aplicarse tanto en los niños como en los adultos y, a su vez, en todos los grupos étnicos.
Estimación del exceso de grasa
Según diversas investigaciones, el 17.6% y 17.3% de los niños y las niñas con peso normal, respectivamente, y WHtR > 0.5 están en riesgo en comparación con los niños con sobrepeso u obesos, por encima del percentil 85.
Otro estudio evaluó la prevalencia de adiposidad superior en niños por debajo del percentil 85 y halló que gran cantidad de la población pediátrica con IMC normal poseía adiposidad superior.
Limitaciones y fortalezas del estudio
Una limitación de este estudio fue que se subestimó a las poblaciones de 70 a 80 años o más, con exceso de grasa sarcopénica, así como a aquellos que estaban institucionalizados o presentaban problemas de salud, dado que estos individuos no suelen formar parte de las poblaciones de estudio, así como tampoco los niños menores de 5 años.
Es probable que los niños de entre 5 y 14 años ya hayan presentado exceso de grasa al ingresar al nivel inicial de educación. El uso de la circunferencia de la cintura y el WHtR por lo general implica puntos de corte relativamente altos y no suele advertir las condiciones tempranas de exceso de grasa.
Asimismo, en muchos estudios efectuados en adultos, por lo general el BFP utiliza puntos de corte elevados (30 para los hombres y 35 para las mujeres), lo que fomenta el riesgo de subestimar el número de individuos con exceso de grasa.
Una de las fortalezas de este estudio fue que creó conciencia acerca de la pandemia de la obesidad, a la vez que insistió en el crecimiento permanente de las poblaciones con exceso de grasa en los países desarrollados. Además, enfatizó en el crecimiento continuo pese a la aparente nivelación del sobrepeso y la obesidad.
La preocupación reside en que el mayor aumento en el exceso de grasa se debe tanto al incremento en la prevalencia de grasa abdominal como al tamaño promedio de la circunferencia de la cintura, dado que el exceso de grasa abdominal es la forma más grave de esta pandemia.
Mostrar estos factores permitirá establecer acciones para disminuirlos. Según los autores, los profesionales clínicos deben implementar estrategias adecuadas para modificar el estilo de vida y disminuir el exceso de grasa corporal en sus pacientes.
En el futuro debe realizarse un análisis exhaustivo que incluya la medición precisa y consistente del BFP, para establecer un consenso general de puntos de corte y factores vinculados con la distribución de grasa y la relación con los factores de riesgo, basado en estudios epidemiológicos con seguimiento a largo plazo e información acerca de las comorbilidades y la mortalidad relacionadas con el exceso de grasa.
Conclusión
La estimación del exceso de grasa en los 30 países más desarrollados es considerablemente mayor que la prevalencia mundial de adultos y niños con sobrepeso y obesidad y enfatiza en la gravedad de esta pandemia.
Independientemente de los valores del IMC, se detectó el exceso de la grasa corporal y un grado importante de desregulación cardiometabólica, que conduce a procesos crónicos, reducción de la calidad de vida y, finalmente, mayor morbilidad y mortalidad, con una carga económica cada vez mayor.
Es esencial identificar a los individuos que presentan exceso de grasa, para establecer tratamientos eficaces y estrategias de prevención.
Fuente: intramed.net